El impacto ambiental de las construcciones ilegales

Cuando hablamos de impacto ambiental rápidamente pensamos en la contaminación de los suelos, los vertidos al mar, las emisiones contaminantes a la atmósfera... pero hay otro impacto ambiental mucho más presente y continuo en nuestra sociedad y que no siempre reconocemos: las construcciones ilegales.

La problemática de las construcciones ilegales es muy amplia, desde ser simplemente un problema burocrático por la falta de alguna documentación fácilmente subsanable, hasta la ocupación de suelos rústicos que no permiten asentamientos o incluso de espacios protegidos. Y aún así, cada caso concreto es un mundo. Pero en cualquier caso siempre ocurre lo mismo, no se ha cumplido con la legislación urbanística, una legislación que, a priori, busca ordenar adecuadamente el territorio para beneficio de todos compatibilizando su aprovechamiento con su protección y conservación.

Pero está visto que la gestión del territorio sigue siendo algo pendiente. En Lanzarote siguen esperando a regularizar una veintena de hoteles ilegales, en Fuerteventura se han denunciado la construcción de chalés en Tindaya y se construye un hotel dentro de un plan anulado por la Cotmac por ocupar suelo del Parque Natural de Jandía, en Tenerife está previsto que varios asentamientos sean demolidos por el Ministerio de Medio Ambiente... y así podríamos seguir enumerando casos en cada una de las islas y en el resto del territorio nacional. Un ejemplo de la situación en España son los informe anuales de Greenpeace "Destrucción a toda costa".

En 1997 el Gobierno de Canarias abrió un proceso para regularizar unas 30.000 viviendas ilegales en todo el archipiélago con el objetivo de marcar un punto de inflexión creando posteriormente la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural para velar por el territorio. Sin embargo, aún en 2006 Canarias era la comunidad con mayor volumen de construcciones ilegales y la Agencia expedientaba a 1.046 construcciones ilegales. Y cifras similares se barajaron en 2007. Otro ejemplo es el proceso de regularización de viviendas ilegales iniciado en Telde hace unos años, donde se recogieron 1.500 solicitudes de viviendas ilegales, sin bien parte de ellas estaban en ese grupo de amnistiados de 1997. La cosa no funciona.

Resolver esta situación es compleja. Hay que estudiar cada caso uno a uno. En algunos casos se tratan de viviendas que tienen más de 50 años que fueron construidas mucho antes de que se publicara cualquier plan de ordenación. Pero en otros nos encontramos viviendas construidas, como quien dice, anteayer y en zonas donde están totalmente prohibidas las construcciones con planes de ordenación en vigencia cuando se iniciaron las obras. Son situaciones distintas que se resolverán de manera distinta.

Pienso que en parte es un falta de concienciación. Nadie considera que construir una vivienda en un suelo no apto para ello es un impacto ambiental, y menos si el terreno es suyo. En algunos casos resulta además paradójico que teniendo recursos para construir una casa no lo inviertan en comprar o alquilar una casa o un piso en suelo urbano o en un asentamiento. Luego llegan las denuncias y las lamentaciones... Y realmente es un problema ambiental. La idea de que es sólo una casa y está cerca de aquella otra impide percibir la visión de conjunto donde cientos de construcciones van ocupando poco a poco cada vez más suelo rústico. Y ese suelo ocupado por construcciones en muy raras ocasiones es recuperado para la naturaleza, las construcciones sin ordenación van salpicando y mermando la calidad del paisaje y la fauna y la vegetación va perdiendo territorio donde poder desarrollarse y sobrevivir. Y mientras, miles de viviendas vacías en las ciudades.

Es un problema que hay que resolver desde diferentes flancos: concienciación, labores de inspecciones más efectivas, legislación, alternativas para los propietarios de terrenos, valorizar el suelo rústico (para uso agrícola, pastoril, por su valor paisajístico...), fomentar y facilitar el alquiler y la adquisición de viviendas existentes... Debe lograrse una mejor adecuación entre los intereses públicos y privados, ¿qué puede hacer un propietario que tiene un terreno protegido por su valor paisajístico y que no puede aprovechar de ninguna manera, ni para cultivar ni para construir ni para pastoreo? Es una situación extrema e hipotética, pero con la que quiero reflexionar acerca de cuando se da preferencia al uso público (el valor paisajístico en este caso) frente al privado. Algo similar es lo que ocurrió con los islotes del Archipiélago Chinijo, donde los propietarios están llegando a un acuerdo para que la administración se los adquiera para que pase a ser patrimonio público dado que ya constituyen un espacio protegido. Y por supuesto, debe de terminarse de ordenar todo el territorio canario, pues el planeamiento dará seguridad jurídica al ciudadano y resolverá incertidumbres.

Con esta entrada he querido hacer una pequeña reflexión personal acerca del complejo problema de la ocupación ilegal del territorio, y más en el caso de un archipiélago donde el suelo es muy limitado. Es un problema que debe resolverse ya para beneficio de todos, con el compromiso de los propietarios y con la colaboración y firmeza de la administración pública. De nada sirve que una administración actúe con celeridad contra un poblado, mientras otra tarda años y años en resolver la situación de una macro-construcción ilegal, por poner un ejemplo.

Por cierto, en Internet puedes encontrar algunas webs de información territorial muy útiles. Algunos ejemplos son los mapas del Gobierno de Canarias en el IDECan, el Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria, o incluso la Plataforma de Custodia del Territorio de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente para colaborar con los propietarios a alcanzar un equilibrio entre el uso de un suelo y su conservación.

Comentarios

  1. Excelente entrada J. Alberto,

    Estaba pensando que, además, la construcción ilegal que de por sí ya conlleva un impacto negativo en el paisaje o en otros aspectos, suele tener un segundo impacto al empezar a vivir personas en esas viviendas, de forma que se ejerce una gran presión ambiental (residuos, vertidos, abastecimiento energético, etc.) en zonas casi siempre muy vulnerables.

    Como siempre un placer leer tu blog.
    Saludos

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  2. José Alberto Rexachs4 sept 2008, 16:01:00

    Gracias Deckard. Tienes razón, contando además la apertura de carreteras y pistas que incrementan el fraccionamiento del territorio. He centrado la entrada más en mi tierra porque tengo más referencias, pero está claro que es un problema que se da en todo el país. Un saludo.

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  3. Detras del termino "construcciones ilegales" hay mucho mas de lo que en un analisis generico de este tipo se puede hacer. Hay otra cara de la moneda. Mejor otras caras. Mientras la COTMAC sigue recalificando suelo rustico en urbanizable, mientras el mismo parlamento declara de interes general ocupar barrancos, laderas, y suelos de interes paisajistico, cientifico o cultural. Mientras todo eso ocurre, la gente del campo han visto limitado su posibilidad de mejorar su vivienda, de ampliarla, de hacer un uso racional del suelo. Unos viven en el campo, otros lo utilizan como huerta de fin de semana. Todos se ven impedidos de vallar de levantar un muro que se cae, de mejorar las instalaciones, las paredes se caen, los cultivos se saquean por los domingueros, las estructuras agrarias se resienten, la cabaña ganadera disminuye.
    Los ambientalistas defienden esta postura de los construgobernantes que lo unico que pretenden es una economia basada en el turismo de masa, instalado en la costa, y el interior sea exclusivamente un parque tematico.

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  4. José Alberto Rexachs6 sept 2008, 15:12:00

    Gracias por compartir tu punto de vista, Luis.

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  5. El impacto ambiental en construcciones ilegales es una realidad que afecta a todos los paises.
    Por ejemplo en mi ciudad Quito - Ecuador, es un problema que la lactualidad ha conllevado a caos vehicular, enbotellamientos en muchas areas y stress en las personas.
    No obstante nada esta perdido, existe proyectos que en algo puede ayudar a mejorar.

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  6. Creo que hace falta más disciplina urbanística y que los políticos no sean ambiguos en este tema. Pero por otra parte también es necesaria mucha más agilidad administrativa; lo que no puede ser es que se tarden años en conocer si se puede edificar o no y en qué condiciones, pues ello favorece que los propietarios decidan arriesgarse a construir ilegalmente y no esperar, pues en algunos casos de ello depende su vida o su negocio. Es sólo un ejemplo de lo complejo que va a resultar solucionar este problema.

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