Un verano tranquilo

Leía hoy la noticia del embalsamamiento de los restos del Pino de Pilancones, para que sus restos perduren el tiempo en recuerdo de lo que fue, y recordaba los malos momentos que pasamos el año pasado con la oleada de incendios que vivimos en las islas.

Resulta sorprendente cómo cambian las cosas de un año a otro. La verdad es que este verano, comparado con el de 2007, ha sido tranquilo en lo relativo a los incendios. Quizás sea el clima que hemos tenido (algo más suave que años anteriores) o que los pirómanos han comprendido que si queman el monte tarde o temprano el pueblo los llevará ante la justicia, pero en todo caso esta tregua ha sido un alivio y un descanso.

Lo que no quiere decir que debamos relajarnos. Con vistas al verano que viene las administraciones públicas deben alzar la bandera de la prevención y no la de la corrección. Hay suficiente tiempo para gestionar adecuadamente las masas forestales, crear y mantener cortafuegos efectivos o instruir a la población, e incluso para estudiar seriamente y valorar la gestión llevada a cabo durante los incendios y después de ellos para mejorar los procedimientos. También nosotros debemos concienciarnos y actuar en consecuencia, ya sea como visitantes (hacer fuego sólo en los lugares habilitados para ello, por ejemplo) o como propietarios de fincas (un mantenimiento adecuado de las fincas puede contribuir a frenar el avance del fuego o incluso actuar de cortafuego). Como todo lo que atañe al medio ambiente, como algo común que es, es igualmente una responsabilidad común.

Ojalá el verano que viene sea aún mejor que este.

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