Muy interesante el artículo del New York Times “Green and Greener in Suburban Towns”. El texto ofrece una perspectiva de las políticas ambientales de las ciudades suburbanas de Nueva York.
Estas pequeñas ciudades de los alrededores son muy valoradas por su entorno verde y su aire limpio, algo que los gobiernos locales quieren preservar a toda costa. Por ello se llevan a cabo diversas iniciativas para hacer de estas ciudades “verdes”, aún más verdes. Así, en Babylon, si se realiza una auditoría energética, el Ayuntamiento financia las medidas recomendadas (que pueden suponer un desembolso de miles de dólares), dinero que se devuelve pagando una cantidad mensual inferior al ahorro económico mensual logrado. En Islip, se han permitido los aerogeneradores de hasta 156 pies en zonas de industriales , incluso en los jardines de viviendas si no exceden de 45 pies. En otros casos, se reparten bombillas de bajo consumo, se declara a los vehículos eléctricos exentos de pagar los aparcamientos, se prohíbe el uso de pesticidas en los espacios públicos y patios de colegios, se emplean productos ecológicos en la limpieza de edificios públicos, se dictan ordenanzas para que los nuevos edificios ahorren más energía, etc.
Estos gobiernos locales se han dado cuenta de cuales son los aspectos y los valores que los diferencian de las grandes urbes y luchan por conservarlos como seña de identidad y para mantener su calidad de vida. ¿Por qué no hay más ejemplos como estos en el resto del mundo? Necesitamos políticos más concienciados y que se atrevan a innovar y a perseguir el cambio… y si no, los creamos: asociaciones, ONGs, Fundaciones y ciudadanos en general podemos exigir a nuestros gobernantes que cambien su política.
Fuente: New York Times
Imagen: Adam E. Moreira
Estas pequeñas ciudades de los alrededores son muy valoradas por su entorno verde y su aire limpio, algo que los gobiernos locales quieren preservar a toda costa. Por ello se llevan a cabo diversas iniciativas para hacer de estas ciudades “verdes”, aún más verdes. Así, en Babylon, si se realiza una auditoría energética, el Ayuntamiento financia las medidas recomendadas (que pueden suponer un desembolso de miles de dólares), dinero que se devuelve pagando una cantidad mensual inferior al ahorro económico mensual logrado. En Islip, se han permitido los aerogeneradores de hasta 156 pies en zonas de industriales , incluso en los jardines de viviendas si no exceden de 45 pies. En otros casos, se reparten bombillas de bajo consumo, se declara a los vehículos eléctricos exentos de pagar los aparcamientos, se prohíbe el uso de pesticidas en los espacios públicos y patios de colegios, se emplean productos ecológicos en la limpieza de edificios públicos, se dictan ordenanzas para que los nuevos edificios ahorren más energía, etc.
Estos gobiernos locales se han dado cuenta de cuales son los aspectos y los valores que los diferencian de las grandes urbes y luchan por conservarlos como seña de identidad y para mantener su calidad de vida. ¿Por qué no hay más ejemplos como estos en el resto del mundo? Necesitamos políticos más concienciados y que se atrevan a innovar y a perseguir el cambio… y si no, los creamos: asociaciones, ONGs, Fundaciones y ciudadanos en general podemos exigir a nuestros gobernantes que cambien su política.
Fuente: New York Times
Imagen: Adam E. Moreira
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