Lo dejamos para más adelante



El título de esta entrada bien podría ser el resumen de la Conferencia de Copenhaguen sobre el Cambio Climático. Como era de prever, al final el documento ha sido voluntario, no se han establecido objetivos concretos y, aunque han firmado China y EE.UU., Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba y Sudán han rechazado el acuerdo, en parte por el proceso llevado para alcanzar el acuerdo. Y es que, de una manera totalmente ajena al modo de toma de decisión propio de la ONU, el acuerdo se ha llevado a cabo a puerta cerrada entre EE.UU. y China, y ante la sombra del pleno fracaso, el resto de los países firmantes ha optado por darle el visto bueno. En definitiva, ha sido un fracaso.

Si el objetivo al principio de la Conferencia era que el planeta no aumentase su temperatura más de dos grados, los objetivos voluntarios que cada país ha anunciado llevarían a que la temperatura media alcanzase los tres grados. Así pues, ¿qué hemos ganado?. Mas bien poco: los cimientos de la ONU se han tambaleado por esta manera de llegar a un acuerdo, Bolivia planea organizar un foro internacional alternativo, la UE parece haber pedido el liderato, se ha alcanzado un acuerdo de mínimos inferior incluso al Protocolo de Kioto -que ya tiene más de 10 años-, no se ha establecido un plan claro para más allá de 2012... Quizás las únicas alegrías son un nuevo fondo de 30.000 millones de dólares hasta 2012 y otro nuevo que surgirá en torno a 2020 de 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países menos desarrollados y amenazados por el cambio climático, así como un mecanismo por el que se pagará por no talar, principalmente en las zonas tropicales, y que se denominará REDD.

La Unión Europea ha vuelto a demostrar que es la más implicada, con diferencia, en la lucha contra el cambio climático. En mi opinión, y a pesar de haber pedido su liderato en Copenhaguen, debe mantener sus propios objetivos por varios motivos. En primer lugar, porque los ciudadanos europeos se lo exigimos por nuestra salud y porque luchamos por conservar nuestro territorio. En segundo lugar, porque debe volver a liderar la lucha contra el cambio climático a nivel internacional y ser la inspiración para el resto de ciudadanos del mundo. En tercer lugar, porque así cuando la situación empeore -y empeorará- Europa estará preparada para afrontar las dificultades al contar con políticas, tecnologías, infraestructuras y un sistema económico adaptadas a las nuevas condiciones.

Fuentes: El País / El Mundo (1) (2) (3)

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