¿Podría una instalación solar detener el trabajo infantil y contribuir a su educación? Me ha sorprendido descubrir que la respuesta es Sí. Lo ha demostrado la empresa Yolk con su Solar Cow Project (Proyecto de la Vaca Solar).
Problema 1: En Kenia, uno de cada cinco niños no va a la escuela porque trabajan con sus familias, por ejemplo, mientras su padre se ausenta.
Problema 2: Los teléfonos móviles son esenciales para comunicarse y pagar en este país sentamientos de población tan aislados, lo que conlleva que las familias deban desplazarse periódicamente kilómetros para ir a lejanas tiendas donde recargar sus móviles. Además de la pérdida de tiempo, ello le supone un coste de hasta un 20%de sus ingresos mensuales
Antes estos dos problemas, Yolk encontró una ingeniosa y sencilla solución: Instalar en las escuelas graciosas centrales solares con forma de vaca, cuyas ubres son baterías.
De esta manera las familias estuvieron más dispuestas a que sus hijos fueran a la escuela y recibieran clases durante el tiempo que tardan las baterías en recargarse. Al terminar la jornada, los niños llevan las baterías a sus casas para poder recargar los móviles y otros dispositivos de sus familias. A la mañana siguiente, los niños vuelven a la escuela a aprender mientras sus baterías se recargan.
Además de suponer un claro beneficio para los niños -que dejan de trabajar para recibir una educación-, las familias evitan recorrer largas distancias, perder tiempo y gastar una parte importante de sus ingresos en recargar sus móviles.
Un ejemplo de tecnología al servicio de las mejoras sociales.
Imagen: Yolk
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